Mientras muchos de los componentes de pescamoscasevilla andabais en Extremadura en busca del lucio, los que nos quedamos por aquí nos buscamos las castañas con los recursos que teníamos a mano. Y es que el domingo me fui a echar un rato al Guadalquivir a por lisas. Me apetecía tentarlas con equipo del cinco y darle así un poco más de emoción a los lances. No tenía pan para cebar por lo que pensé buscar cardúmenes de los que suben a la superficie donde menos te lo esperas.
Al llegar al paseo de la Calle Betis me quedé sorprendido por la cantidad de pescadores que se dispersaban por la orilla. Comencé a andar entre ellos sin dar un sólo lance. No se veían lisas por ninguna parte ni había sitio para pescarlas. Continué andando y pasé bajo el Puete de Triana. Fue entonces cuando encontré a Martín... Este señor pescaba a boya apartado de los demás, así que aproveché para meterme en el hueco que quedaba. Con imitación de miga de pan lancé a unos grupitos de pequeñas lisas que no hacían ni caso a mis lances. Nos cruzamos miradas y nos saludamos. Pensé " parece simpático".
Al verme lanzar, con interés me preguntó por esta modalidad y comenzamos a hablar sin dejar de pescar. En plena charla, de un macuto sacó unos trozos de pan y los arrojó delante de mi... Lo miré agradecido pues aquello aseguraba el acercamiento de las lisas a mi posición. En pocos minutos comenzaron las picadas y más tarde las capturas.
Sin pactarlo ni nada comenzamos a alternarnos en los lances. Mientras él sacaba alguna lisa yo aprovechaba para lanzar más libremente y tentar a las más grandes. Así fueron saliendo, una tras otra. Martín no dejaba de cebar; una pieza de pan delante de él y otra delante de mi... Este buen hombre disfrutaba de mis capturas tanto como de las suyas. Eso no es precisamente lo común entre pescadores que se acaban de conocer y menos en esta zona, la del Puente de Triana, donde el ambiente normalmente se torna un tanto "espeso".
Y así fue pasando la mañana. Rápidas picadas y divertidas capturas. Tenía la sensación de llevar años pescando junto a este señor.
Miré el reloj del móvil ...¡¡¡las dos y media!!! Diossss, me tengo que ir. Me despedí de mi improvisado compañero y sonriente me dijo "Espero volver a verte por aquí". "Igualmente amigo" le dije.
Me fui de allí con la sensación de haber conocido a un gran tipo con el que espero coincidir en otra ocasión...
Sin duda un tio estupendo... con tan solo once años de edad...

El "Martín pescador"
Hasta pronto.