22.3.13

HABLANDO DE MOSCAS


Artículo publicado en el año 1991

 Texto:  Rafael de Juan Delgado

 
  DEL OTRO LADO DEL ESPEJO 

El debate entre los partidarios de la mosca exacta y los adeptos de la imitación, es tan viejo como la pesca con mosca.
  Los argumentos no son siempre rigurosos ( no están provistos de exactitud ) y asistimos a aciertos por los dos bandos.
A los maniáticos de la sistemática de los “ efemerópteros “ se oponen los incondicionales de la fórmula :  la manera de dar va mejor que la que se da.  Existe sin embargo un punto en común entre el imitacionista y el presentacionista, éste último pesca todo y por todo con la misma mosca: los dos están convencidos de la extrema complejidad de la naturaleza y de la igualmente, complejidad que presenta la copia exacta de la mosca natural.
  Partiendo de éste análisis común, las soluciones se oponen:
    El imitacionista se esfuerza en buscar en el origen del detalle una semejanza siempre difícil de encontrar, que le empuja siempre más lejos de la observación de los insectos y la búsqueda de los diversos materiales para el montaje de la mosca.
  El presentacionista admite sin dudar que esta búsqueda de la copia perfecta de la naturaleza no puede ser más que vana. Viene a cuento el adagio que dice que “ la perfección no es de este mundo “, y se limita a una mosca llamada de “conjunto “, es decir, que no imita a nada exactamente, sino simplemente algo “ insectiforme “, comestible para la trucha.
  Pero volvamos al postulado del principio, es el mismo para el que cuida la presentación de la mosca como el que la intenta imitar exactamente:  un verdadero insecto es una maravilla de complejidad en su apariencia . Propongo una tercera vía poniendo en juicio este postulado. O más exactamente la idea que destaca, suponiendo que la trucha pueda observar la mosca en unas condiciones y con una precisión equivalente a las nuestras.
   Si observamos una efémera quieta, no termina de impresionarnos sobre la complejidad de sus formas y la multitud de detalles de su anatomía. Pero éste mismo animal una vez posado sobre el agua y visto desde abajo ya no tiene el mismo aspecto, y numerosos aspectos de su anatomía se encuentran muy deformados o camuflados ( lo he comprobado a efectos de describir los detalles ).

Verdades para el pescador, inexactitudes para el pez

 El efecto es sorprendente. El insecto natural se muestra desfigurado visto desde abajo. La tensión superficial del agua provoca alrededor de los puntos de contacto con la superficie, tales deformaciones, que únicamente esos puntos de contacto son claramente visibles. El resto, todo él, alas, cuerpo, cabeza, es prácticamente invisible cuando el insecto está posado sobre sus patas.
   La deformación de la superficie por capilaridad a nivel de los puntos de contacto es tan importante, que todas las partes del insecto que no tocan el agua aparecen como un halo de sombra, percibido a contraluz.  Esta manera de ver la mosca tal y como se presenta ante las truchas trastorna algo la certeza. Por ejemplo, fuera del agua, una mosca común, con su aspecto oscuro y rechoncho, no se parece en nada a una efémera mucho más delicada. Una vez posadas sobre la superficie del agua y vistas desde abajo presentan un aspecto semejante, ya que solo la zona de contacto correspondiente a las seis patas es bien visible.  Y su diferenciación no difiere más que un poco entre especies de tallas comparables.
   Dicho de otra manera, dos insectos claramente distintos resultan muy semejantes  una vez posados en el agua y vistos desde abajo.
 
A la inversa, la misma mosca cambia de aspecto para el observador  subacuático según la forma como esté posada sobre la superficie. Da la impresión de ser mucho más voluminosa  si su cuerpo o sus alas se pegan a la superficie. Su forma aparece igualmente diferente. Esto es lo que puede causar verdadera inquietud a los que buscan la verdadera imitación ( imitacionistas ).
   Las moscas naturales extremadamente distintas llegan a ser comparables cuando han tocado simplemente las patas sobre la superficie. Sin embargo una misma mosca cambia radicalmente su aspecto siguiendo las partes de su cuerpo que tocan el agua.
 ¿ Como aplicar todo esto en el montaje de nuestras moscas ?.
   En el caso de moscas de alta flotación, catalogadas de imitar a un insecto posado sobre sus patas, sería muy difícil a la vista de lo que precede, de no optar por la búsqueda de la mosca de conjunto. Un pequeño palmer bastante aéreo imita verdaderamente muy bien, por su manera de deformar la superficie, la mayor parte de los insectos de su tamaño.
   Esta artificial que no se parece a nada, llega a ser curiosamente la mosca más exacta de todas vista desde abajo.
  La superficie deformada por la posada es más importante para aprovechar las dimensiones de la mosca. Más aún, los cercos dan un punto de contacto terminal que parece alargar el cuerpo de la mosca de forma poco realista. Una mosca apoyada sobre sus patas lleva casi siempre los cercos levantados, sin contacto con el agua ( excluyo las moscas en spent, que estas tienen otra configuración en sus puntos de contacto sobre la superficie ).
   Tomado esto en consideración, las moscas más sofisticadas, las más “ exactas “ en nuestra caja o sobre un expositor, pueden ser perfectamente “ inexactas “ en situación de pesca. Es más bien su manera de flotar, de posarse en este caso, que en los detalles del aspecto de su cuerpo o de sus alas, que en una mosca de verdad sería más real.

 El lugar para la incertidumbre llega a ser mayor, ya que una mosca natural cambia de apariencia siguiendo la posición de contacto de la superficie. La selectividad de las truchas en estas condiciones no puede ser más que muy relativa, dos moscas estrictamente idénticas para nosotros pueden ser tomadas por dos víctimas bien distintas por la trucha.  Sería efectivamente necesaria  una facultad de juicio prodigiosa para que una mosca atrapada en la superficie, mejor dicho en la interfase, y el mismo insecto volando sobre el agua, sean considerados como una víctima única, ya que su aspecto difiere cuando se les ve o se les mira desde abajo o desde otro ángulo.
La impresión de los puntos de contacto, más importantes que la forma
Esto explica quizás que todas las moscas no sean tragadas por una trucha a punto de una eclosión. Incluso cuando todas son idénticas, las moscas no producen necesariamente una misma señal para la trucha, en función de su flotación. La impresión de los puntos de contacto de un insecto con la superficie tiene probablemente más efecto sobre las truchas, que su forma verdadera. He visto tomadas que se producen justo en un nudo de la línea o en el punto de unión del terminal.
 ¿ Que pescador de coup, de fondo o de lanzado, no ha visto este fenómeno ?. Es la prueba de que la deformación de la superficie puede ser mas determinante para el pez, que el objeto que produzca esta deformación.
  Se habrá comprendido la cuestión: ¿ Somos partidarios de la mosca exacta ?, la verdad que es difícil responder.
  Es a los ojos de la trucha que la mosca tiene que ser más exacta, y la noción de la exactitud tiene visos de no tener la misma significación para un pez que para un humano. “SIMPLEMENTE PORQUE NO VIVIMOS EN EL MISMO LADO DEL ESPEJO”.

                                               Rafael de Juan Delgado

3.3.13

AÑO DE NIEVES..............

Si, si,  eso dice el refran "año de nieves,  año de bienes".

Pues a ver si es verdad porque con la que está cayendo necesitamos un alivio como sea.

De momento esto es lo que nos ha dejado la visita del manto blanco a la Sierra Norte.

 Muchos quejigos, robles y encinas no han podido soportar la carga que, de golpe, se les ha venido encima.





 Si es cierto, que el hecho de que cayese en puente ha provocado una visita masiva de personas a la zona, dejando los restaurantes sin comida en sus despensas y a los propietarios con una sonrisa de oreja a oreja.
Como dice otro refran "no hay mal que por bien no venga".