Últimamente estoy teniendo bastante suerte con los barbos, y si no que se lo digan a mi amigo Jesús que le ha tocado pagar todos los desayunos del último mes... El promedio de peso ha sido notablemente superior al de otras temporadas e incluso ha habido algún que otro campanazo.
En un recóndito punto de Huelva clavé un barbo con casi un metro. Hacía tiempo que no me fajaba con un aparato semejante y la verdad que ni siquiera me dio tiempo de ver a qué etnia pertenecía porque antes de irse de rositas hizo una soberbia carrera sacando 50 metros de backing y devolvió el Mustad 34007 del diminuto streamer abierto como una alcayata... La decepción no duró mucho porque al poco clavé el barbo de la imagen que no era como el primero pero con el que disfruté como un enano.
Este ignoto paraje es un auténtico tesoro de barbos y basses. Me crucé con unos amigos de Bass Huelva que se habían hecho con un bass de 2 kilos y me enseñaron las fotos y vídeos de otro con casi 3,5 kilos pescado justo al lado de donde teníamos el coche... Impresionante. Si por mí fuera iría a piñón los sábados y los domingos pero tengo una vida personal que he de recuperar y que no cambaría ni por mil capturas como esa, así que no os extrañe verme poco por aquí. Los barbos podrán esperar...